Cuidado con lo que aprendes, hay alguien ahí que te está engañando

Por Emiliano Chamorro

En el último mail de Serendipia vimos que es muy importante entender de qué está hecho el éxito porque nosotros aprendemos de los éxitos y de los fracasos. Y, si los éxitos y los fracasos están determinados por el azar, aprendemos mal.

Kahneman cuenta un muy buen ejemplo. Cuando trabajó para la fuerza aérea de Israel, los instructores de pilotos estaban convencidos de que las críticas eran mejores que los elogios para que sus alumnos mejoren. Cuando un alumno hacía algo muy bien y lo elogiaban, la vez siguiente el alumno lo hacía generalmente un poco peor. En cambio, cuando el alumno hacía algo mal y lo criticaban, la vez siguiente el alumno generalmente lo hacía mejor. De este fenómeno los instructores “aprendían” que funciona mejor para el aprendizaje criticar que elogiar.

Kahneman sabía, por miles de experimentos, que esto no es así: que para enseñar elogiar funciona mejor que criticar y que lo que les estaba pasando a los instructores de vuelo de la fuerza aérea de Israel era que estaban siendo engañados por un espejismo, que se llama “regresión a la media” y lo cuento acá.

La regresión a la media implica que cuando las variables no están correlacionadas (no importa si no entendés esto, seguí leyendo), las cosas extremas suelen ser seguidas por cosas menos extremas. En nuestro caso, si un piloto hace inusualmente bien una maniobra, lo más probable es que la siguiente maniobra no sea tan buena. Y si hace inusualmente mal una maniobra, lo más probable es que la siguiente maniobra sea un poco mejor.

Resulta que, como los instructores obviamente elogiaban a los pilotos cuando estos hacían las cosas bien y los criticaban cuando hacían las cosas mal y los pilotos empeoraban después de hacer las cosas bien y mejoraban después de hacer las cosas mal, los instructores asumían que la mejora o empeoramiento se debían a sus elogios o críticas. O sea, caían en la madre de todos los espejismos: confundir correlación con causalidad (que significa pensar que una cosa causa a otra cuando simplemente se presentan juntas o sucesivamente, pero sin que una cause a la otra).

En las próximas semanas vamos a extender esto a personas y a otras trampas del azar y, finalmente, vamos a ver el antídoto para no caer en esta trampa.

Emiliano Chamorro

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