¿Comienza a cambiar el mercado laboral +50?

Por Sebastián Campanario

Cuando escribí Revolución Senior (Sudamericana) en 2018, un 80% de los avisos clasificados pidiendo empleo en la Argentina discriminaban directamente a personas de más de 50 años. “Busco asistente de hasta 30 años”, “Operarios de 20 a 35 años” eran los textos comunes en cuatro de cada cinco anuncios publicados.

Cuatro años después, algunas cosas parecen estar empezando a cambiar en el mercado laboral para la segunda mitad de la vida. Un poco por la transformación cultural que trae el crecimiento de la agenda senior, otro poco porque las empresas se estaban dando cuenta de que estaban dejando dinero sobre la mesa al no aprovechar la experiencia y las habilidades +50 y finalmente también otro poco por una realidad demográfica: este año, por primera vez en la historia, en los Estados Unidos hay más gente mayor de 45 años trabajando en empresas que menores de 45.

Las primeras “alertas naranjas” y luego rojas para advertirle a las organizaciones que estaba discriminando llegaron a fin de la década pasada de la mano de juicios de “acción colectiva” en los EE.UU. y en otros países por parte de ex empleados de compañías que aducían que habían sido echados por un tema etario. Desde el lado corporativo se argumentaba que no había discriminación sino una realidad económica: la edad está correlacionada con el sueldo (que por lo general se incrementa por antigüedad), y los departamentos de Recursos Humanos tenían que optar, ante la perspectiva de un recorte fijo en gastos, entre despedir a “pocos” trabajadores adultos o a muchos trabajadores jóvenes. Igualmente los juicios se perdieron, y hoy en la mayor parte de los países desarrollados pedir empleados de entre tal y tal edad están tan mal visto y penalizado como pedir trabajadores “sólo varones”, o “sólo de tez blanca”, etc.

Japón, en este sentido, es un ejemplo. El lunes pasado se celebró en ese país “el día de respeto a la ancianidad”, y fue feriado. Como parte de la celebración se difundieron estadísticas actualizadas que mostraron que ya un 29.1% de la población de ese país tiene más de 65 años. Es por lejos el territorio del mundo con más de 100 mil habitantes que tiene esa proporción etaria. Italia está segundo pero lejos, con un 24% de mayores de 65 años.

Hace años que el Gobierno promueve, con beneficios impositivos, que las empresas retengan a empleadas y empleados de más de 70 que quieran seguir trabajando, de manera total o de forma flexible. Con esta política, más de la mitad de los japoneses de entre 65 y 70 años poseen empleos en el sector formal de la economía.

En el campo de la economía académica salió al respecto recientemente un paper que dio mucho que hablar sobre el tema de los empleos senior. Fue publicado en septiembre por la Oficina de Estadísticas de EE.UU. (NBER), lleva el título de “El ascenso de los empleos amigables con la edad” y está firmado por economistas de mucho renombre: Daron Acemoglu, Andrew Scott y Nicolaj Sondergaard. La investigación da cuenta de que desde 1990 tres cuartas partes de las ocupaciones del mercado laboral aumentaron su grado de empatía con los trabajadores de más de 50 años (medido por un índice de términos y palabras en las descripciones y tareas, que se hizo con machine learning), y que la cantidad de ocupados en estas ramas más amigables con la segunda mitad de la vida subió en 49 millones de puestos de trabajo. Más pistas, esta vez con datos duros y muy contundentes, de que la “ola senior” está llegando cada vez más alto.

Sebastián Campanario

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