El ciclo de vida de una compañía

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Las compañías tienen un ciclo de vida. Nacen, crecen, alcanzan su pico y luego decaen. Cada etapa tiene ciertas características, y es clave tenerlas presentes a la hora de analizar una compañía.

Hace algunas semanas mencionamos las tres fases de este ciclo según Peter Lynch: una primera fase de start-up, luego otra de rápida expansión y finalmente la de maduración. En el envío de hoy vamos a profundizar en esta idea del ciclo de vida de una compañía, pero siguiendo a Aswath Damodaran, uno de los profesores de valuación de empresas que más nos gusta citar en Baikal.

Si bien la idea es la misma que la de Lynch, Damodaran divide este proceso en seis etapas: Start-up, crecimiento temprano, crecimiento elevado, crecimiento en etapa madura, estabilidad y caída.

En la primera etapa, la de start-up, sólo se tiene una idea que se cree va a satisfacer una necesidad del mercado. Todavía no se generó ningún tipo de ingreso económico.

La siguiente etapa, la de crecimiento temprano, consiste en crear un modelo de negocios que cataliza esa idea en potenciales ingresos y ganancias. Aquí se empieza a facturar, pero las ganancias todavía son negativas.

Posteriormente, en la etapa de alto crecimiento, los ingresos van tomando velocidad a medida que el negocio comienza a escalar y se ven los primeros indicios de ganancias positivas.

Luego, en la etapa de maduración del crecimiento, todo el foco está puesto en mejorar los márgenes de la compañía y hacer crecer las ganancias.

Cuando ese crecimiento comienza a estancarse por una saturación del mercado existente, entramos en la etapa de estabilidad. La atención se pone en mantener el mercado capturado. Defenderse de los competidores. Además, la empresa también busca otros mercados a los que podría entrar para seguir creciendo (algo que Peter Lynch define como potenciales diworsifications, o «malas diversificaciones», y vamos a ver más adelante).

Finalmente, en la etapa de caída, el negocio se va achicando mientras que la compañía reparte los activos entre sus accionistas. Esto ocurre principalmente mediante el pago de dividendos.

Hasta acá la descripción del ciclo de vida. Veamos ahora algunas cosas interesantes que se derivan de esta clasificación y nos sirven para nuestro análisis.

Una de las variables que cambia a lo largo del ciclo es la relevancia de la narrativa y los números. Si bien siempre tenemos que buscar conectar la narrativa de una compañía con números que la respalden, al principio no vamos a tener esos números. Lo único que podemos analizar es la narrativa. Por lo tanto, en la fase de start-up necesitamos una gran historia que sea plausible. A medida que la empresa crece y avanza en el ciclo, nosotros como inversores le vamos a pedir a esos números que respalden la historia. Ya en la fase de maduración y caída, serán los números los que moldeen la narrativa.

A partir de lo anterior, las habilidades que debe tener el director de la empresa (CEO) cambia en cada parte del ciclo. Si lo que importa en la etapa temprana son las narrativas, el CEO tiene que ser un gran storyteller. Elon Musk sabe algo de esto. Si lo que importa en las etapas de crecimiento es escalar, entonces el CEO tiene que saber ejecutar la estrategia más que contar la historia. Ya en la etapa madura, este debe lograr reinvertir de la mejor manera posible las ganancias que genera la empresa. Lo importante es tener en claro que no necesariamente el fundador, o el CEO actual, posee las habilidades necesarias para la etapa en la que se encuentra la compañía.

Por otro lado, los riesgos que enfrenta una empresa a lo largo de su vida son distintos. Al principio, toda la incertidumbre viene de ella misma y la capacidad que tenga para ejecutar bien el modelo de negocios. A medida que va creciendo, el riesgo se relaciona más con el mercado donde se desarrolla y la macroeconomía en general. Por ejemplo, si tenemos una aplicación con 10.000 usuarios a nivel global, todavía podría seguir creciendo a tasas atractivas incluso con la economía en recesión (si ejecuta bien). Sin embargo, las aplicaciones de Meta son tan masivas que dependen mayoritariamente de cómo evolucione la economía y su mercado.

Entonces… Entender en qué etapa se encuentra una compañía nos sirve para saber qué podemos pedirle y qué no. A las más chicas tenemos que exigirles crecimiento. A las más grandes, rentabilidad. No podemos esperar que una compañía crezca a tasas elevadas si ya capturó todo el mercado. Tampoco que una que recién entra al mercado tenga los mismos márgenes que aquellas que están hace tiempo y son las dominantes.

Cada vez que veas una empresa interesante y quieras analizarla, comenzá por preguntarte en qué fase del ciclo de vida se encuentra. Esto te va a dar una guía acerca de qué mirar y qué esperar de ella para los próximos años.

En la Escuela de Inversores vamos a seguir conversando sobre esto en las próximas semanas. Quienes quieran sumarse, lo pueden hacer en el siguiente link: https://institutobaikal.com/escuela-de-inversores/.

Santiago Tissembaum

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