El problema no es el ocio sino el trabajo falso

Por Emiliano Chamorro

“El mayor saber del ser humano es saber disfrutar del ocio”, nos dice Bertrand Russell en The Conquest of Happiness. El ocio es la posibilidad de disfrutar, de contemplar, de compartir, sin la presión de algún resultado concreto o de producir algo “útil”. Es un fin en sí mismo. Además de ser la fuente de la que se nutre la creatividad.

El trabajo falso es ese que hacemos y que ocupa nuestro tiempo sin producir ningún resultado o produciendo muy pocos.

Cuando entendí la diferencia entre ambos (el ocio y el trabajo falso), fue revelador. Me permitió disfrutar más del ocio y ser muy consciente en evitar el trabajo falso. Buscar máximo impacto cuando trabajo y entregarme al disfrute cuando disfruto.

¿Cuáles son ejemplos de trabajo falso? Hay que ver uno por uno en cada situación, pero podemos pensar algunas pistas:

  • Ordenar: generalmente ordenar tiene más que ver con una tranquilidad mental para el que ordena que con algo que realmente sirva. (sobre esto voy a compartir un pequeño texto en unos días que me resultó muy simpático).
  • Hacer cosas para otros dentro de una organización que no producen resultados afuera. (lo que Warren Buffett llama “imperativo institucional”, que también veremos más adelante).
  • Hacer tareas y diligencias que si no fueran hechas no pasaría nada grave.
  • Responder mails, mensajes y preguntas que si uno no respondiera quien los envía los respondería solo.
  • ¿Pueden completar la lista con sus propios ejemplos?

Como siempre, una cosa es leer una idea y otra muy distinta incorporarla a la vida. Si quieren intentar esto último, traten de hacerse seguido la pregunta “esto que estoy haciendo ¿no es trabajo falso?”

Así, cuando trabajan, buscan tareas que tengan mucho impacto y cuando disfrutan, disfrutan a fondo y sin culpa.

Emiliano Chamorro

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