El sol se asomó en un día nublado

29/07/2020

Laura Gubbay, alumna de Introducción al mundo de la ópera.

24 de julio, amanecí en un día nublado y frío , pero mi sensación térmica interior era más extrema que el clima externo. Y así fue, tal cuál lo imaginé, un día triste y complicado. Sin embargo a las 18.30hs decidí conectarme con el nuevo curso “Introducción al Mundo de la Ópera” y ahí se produjo un cambio en mi estado de ánimo.

El maestro, con su voz suave y tranquila, comenzó a transmitir su pasión por la ópera, donde el canto, la música y la actuación se despliegan en todo su esplendor. Y fueron surgiendo las explicaciones .

La ópera nació a finales del siglo XVl. Se necesita de un texto original, para luego hacer un libreto, el compositor escribe la partitura, y son imprescindibles los cantantes, que a su vez también son actores. Y con todo ese abanico se crea una “ópera”.

Y luego vino el placer de escuchar y ver óperas interpretadas por bajos, barítonos y tenores. Y de pronto me vi moviendo la manos como dirigiendo la orquesta, me había compenetrado tan profundamente que me sentía dentro del espectáculo que nos iban pasando.
Y cerré los ojos y escuché a un contratenor, solo algunos privilegiados tienen esa voz tan aguda, esa voz que no se asocia con la fisonomía. Algo maravilloso. Y comenzaba el turno de las mujeres y allí el deleite de apreciar a contraltos, mesosopranos y sopranos .

Ya casi al final pudimos apreciar la ópera “Dido y Eneas” y las lágrimas brotaban al ver el sufrimiento de Dido debido al abandono de Eneas, protagonizada por Jessye Norman, gran soprano y artista.

Terminé mi día con una paz interior inmensa, y llena de música. El sol se había asomado.

Laura Gubbay