Emprendedor se hace y ayer empecé a construirme
Federico Cassina, alumno de Innovación en la pandemia – Emprendedorismo de supervivencia
El miércoles 22 de julio de 2020 participé de la clase que brindó Martina Rua dentro de la serie de clases que Baikal brinda bajo el nombre «Emprendedorismo de Supervivencia». Inmediatamente me sentí inmerso dentro de un grupo de personas comunes igual que yo, todos deseosos de incorporar conocimiento, obtener ideas, sentirse inspirados o simplemente escuchar e intentar despertar ese instinto emprendedor y de supervivencia que todos llevamos dentro. Otra cosa que sentí inmediatamente fue la gentileza y la amabilidad con la que todos comenzaron a brindar ayuda para que aquellos que tenían un emprendimiento lo pudieran hacer conocer a cada vez más personas.
Me llevo de ese momento vivido en comunidad varias herramientas para pensar, reflexionar y, por qué no, también buscar un nuevo camino para mi vida profesional.
Primer concepto, ACCIÓN. Qué potente es este concepto, cuánto se puede hacer simplemente dando el primer paso y a la vez cuánto cuesta darlo.
PREGUNTAR AL QUE SABE, tan simple y tan importante como eso. Y hoy tuvimos con nosotros a una persona que de innovación (entre otras cosas) sabe mucho y que si no, PREGUNTA (y reconoce que pregunta lo que no sabe). Y que es tan generosa que nos contó qué le respondieron.
CAPACITARSE, que importante también es esto. Cómo nos cambia nuestra mirada frente al mundo que nos toca vivir y los hechos que suceden dentro de él. Capacitarnos nos permite descubrir que cada disciplina nos ofrece elementos útiles para crecer e incorporar modelos mentales que luego nos permitirán analizar mejor los hechos y las situaciones.
OBSERVAR, ADAPTAR, DEFINIR QUÉ VALOR LE VOY A DAR A MI POTENCIAL CLIENTE. Hoy mi cliente soy yo mismo y el VALOR que definí que voy a vender es el de poner en movimiento mi capacidad de aprender, redescubrir mi curiosidad y mi deseo de crecer. Y en esto Baikal y personas como Martina, no dejan de ayudarme.
Descubrí o, mejor dicho, me enseñaron, que existe el «Coeficiente de Adaptación», el que hoy siento que está demasiado bajo pero que si sigo por este camino va a ir incrementándose porque cada vez voy a poder imaginar mayor cantidad de escenarios posibles. Porque este camino me brinda la posibilidad de tener más tiempo de exploración (primero hacia adentro y luego hacia afuera), porque me encontraré con aprendizajes nuevos y porque estaré en mejores condiciones de contar mi historia.
Y todo esto sin dejar de celebrar y agradecer por las cosas simples de la vida (como la que tuve la suerte de vivir ayer) porque ahí radica la mayor felicidad y yo, durante ese momento, me sentí feliz por la decisión que había tomado.
Gracias Baikal por haberme brindado la posibilidad.
Federico Cassina