Hago, luego existo

31/07/2020

Dario Umaschi, alumno de Vivan las Ideas.

Hace varios encuentros que sentía la pulsión de escribir sobre las ideas que me llevé, inclusive llegaba a reflexionar sobre las distintas temáticas y a formular un ensayo en mi cabeza. Pero por alguna razón que desconozco, una barrera de pereza me impedía volcarlo al papel. 

Recién cuando estaba caminando al aire libre, me terminó de caer la ficha que empezó a caer en el encuentro de «El camino del artista» de Vivan las Ideas, y si realmente no quebraba esa barrera y escribía aunque sea algo, significaba que no había aprendido nada. 

Así que aquí estoy, escribiendo tras muchos años de reprimirlo. Las pocas veces que en mi adolescencia me senté a escribir sin un fin productivo, sentí un placer tan inmenso que realmente me cuesta entender la razón de no hacerlo más seguido. Sin dudas es una actividad que implica un desgaste importante de energía y concentración, y es más sencillo dejar las ideas desprolijas en la mente. 

Pero mientras escribo esto, sigo con la misma dinámica. Esa necesidad contraproducente de buscar las razones, de por qué no lo hago, de por qué no soy bueno haciéndolo, de por qué… Hoy aprendí que simplemente se trata de desprenderse de ese loop infinito de buscar excusas, y así lograr liberar la mente para poder hacer. Y quizás entre tanto hacer, algo bueno quedará.

¡Saludos!

Dario Umaschi