La lectura y la expresión artística como puertas a la imaginación

16/07/2020

Mariana Gliksberg, alumna de Aprender en casa.

El jueves 9 de julio, después de terminar el encuentro «Aprender en casa», releí mis notas, me conecté con mis emociones y con lo que me generó la propuesta. Tomé un último mate antes de volver a mis rutinas y, sonrisa por medio, pensé en cuántas de las situaciones que describió Isol Misenta estaban en línea con lo que me pasa o suelo hacer con Martín y Pedro, mis hijos de 5 y 2 años. Fue muy gratificante y a su vez un aliciente para seguir compartiendo con ellos y mis sobrinas, que se crían casi a la par.

A continuación, les comparto ideas y frases que me llevé como tesoros de la actividad. Algunas de Isol, otras de Melina y otras de participantes, personas que al igual que a mí nos interesa la educación, la crianza y el seguir aprendiendo siempre.

  • El valor de compartir en familia y conocer más a nuestros hijos como aprendices”.
    El encuentro comenzó con el tema que nos atraviesa a todos, la cuarentena. Más allá de lo difícil de la situación, quisimos y pudimos visualizar aspectos positivos. Isol destacó la posibilidad que nos brinda este período para compartir en familia. Recordó su propia infancia, donde el mundo individual y el de la creatividad tenían más espacio que lo social. Donde estar en casa, rodeada de libros, música y familia ya era un buen plan. Quizás, esta sea una oportunidad para poder conectar más, desarrollar nuestros propios intereses y los de nuestros hijos.
     
  • La lectura y la expresión artística como puertas a la imaginación”.
    Esta es una idea a la que adhiero desde siempre y trato de compartir en mi casa con mis hijos y sobrinas. Hoy tuve el placer de vivenciarla y disfrutarla. Isol nos invitó a conocer cómo trabajó en el armado de su libro
    Abecedario a mano y nos propuso jugar con la letra R para generar una imagen y una frase. Utilizó dos formas de papel que tenía cortadas, que iba girando y colocando de diferentes maneras. El Rey sapo surgió a partir del trabajo conjunto que hicimos. Su guía, nuestra imaginación y la magia de su trazo con tinta china generaron el precioso personaje que anda rimando por ahí.
  • Respetar y tomarse en serio la infancia. Regalar y regalarnos espacios de libertad por medio del arte”.
    Unir nuestros intereses con los de los niños y niñas fue otra de las ideas centrales. Ofrecerles un universo de posibilidades y materiales dentro de las cuales puedan investigar, experimentar, jugar, y nosotros podamos disfrutar junto a ellos. A veces desde un lugar activo y otras proponiendo y mirando desde afuera. Me gustó la sensatez con la que habló Isol de su rol de madre y de artista. Su reconocimiento de cuánto más lindo y divertido es hacer con nuestros hijos cosas que nos gusten también a nosotros. Y cómo, desde ese lugar, es más probable que les podamos contagiar nuestros intereses y nuestras pasiones.
     
  • Yo no siento que hago libros para niños. Hay algo en la síntesis del cuento, en ilustrar y en los personajes de los niños, que me sirve a mí para contar cosas que me interesan. Me siento afín a la mirada del niño. A la forma de preguntar del niño. Volver a preguntarte por las cosas. Volver a sorprenderte”.
    Siento que esta es una puerta que en mi caso abrieron mis hijos y sobrinas. Esa nueva oportunidad que nos traen los niños y niñas de mirar el mundo, de jugar, de preguntarnos y buscar información para contestar sus infinitas preguntas, y de disfrutar el proceso juntos.

Para cerrar, revivo y atesoro esta frase: “Hay muchas y distintas maneras de ver el mundo”. La riqueza de la diversidad de miradas que puede despertar una ilustración, un color, un texto… tantas miradas como las hay del mundo.

Gracias Isol, gracias Melina y gracias a todos los que participaron.

Mariana Gliksberg