Lo complejo simple al momento de emprender

24/07/2020

Juan Pedro Corica, alumno de Management para startups.

Buenas, ¿cómo  están? Espero que estén transitando el aislamiento social de la mejor forma posible. Yo harto, como todos, pero hay que meterle. Va a pasar.

Si bien es habitual que tengamos contacto con muchas emprendedoras/es que nos quieren mostrar lo que hacen y buscan cómo los podemos ayudar, en los últimos meses tuvimos un incremento importante de contactos con cientos de emprendimientos pivoteando o acelerando el lanzamiento de su producto. Algunos, trabajando sobre lo que tenían desarrollado para adaptarlo a un producto o servicio relevante para este momento y otros, viendo parado su trabajo habitual, se convencen de avanzar con el proyecto que hasta el momento tenían pendiente. En la mayoría de estas conversaciones nos encontramos hablando sobre qué es lo diferente o nuevo que están ofreciendo para resolver un problema o brindar un servicio. La idea de este artículo es resumir los puntos más importantes a considerar para poder definir y explicar de la mejor manera lo que hacés. Hay UNA sola oportunidad para una PRIMERA impresión. Preparate para que sea buena.

Las preguntas correctas

En la etapa inicial de un emprendimiento, o cuando éste pivotea, lo más importante al inicio de una  charla es poder contar por qué es relevante lo que hacés. El recurso escaso siempre es el tiempo y la atención al momento de comunicar y darse a conocer. En este mundo de infodemia hay dos elementos claves que permiten que tu mensaje llegue: diferenciación y simplicidad.

En este artículo voy a compilar una serie de elementos importantes a considerar al momento de trabajar sobre estos aspectos.

Comencemos por el problema que estamos resolviendo. El primer paso es hacernos las preguntas correctas. Todo comienza  porque algo nos llama la atención, nos molesta o vemos que alguien está sufriendo inconvenientes por algo que no está funcionando bien. En este momento es en donde nos pica el bichito. Un pensamiento que va y viene sobre cómo resolverlo y de por qué no hacerlo nosotros mismos.

Una vez decididos a tirar del hilo y ver hasta dónde llegamos, comenzamos con la observación. Nos ponemos el traje de buzos, cargamos nuestro tanque de oxígeno lleno de preguntas y nos sumergimos en las razones que lo causan y las aristas del problema.

Una de las formas que encontró el equipo de Xprize para acelerar el desarrollo de tecnología, y así poder resolver los grandes problemas de la humanidad, fue realizar un concurso para cumplir determinadas exigencias definidas que no tenían como objetivo en sí mismo convertirse en una start-up o generar un producto comercial, pero que fueron pensadas de forma tal que esos desarrollos pudieran ser utilizados por otros. La inspiración de este esquema la tomaron del resultado del avance tecnológico que generó la carrera espacial. Desde el belcro hasta el Teflón, por nombrar algunos, fueron avances logrados a raíz del desafío de llegar a la Luna. Con la partida del Falcon 9 y la Dragon Endeavor vuelven a la agenda los desafíos y oportunidades de la carrera espacial.

Pero volviendo al punto, recuerdo que tuve la oportunidad de participar en un workshop, al que muy amablemente me invitó Ignacio Peña, que tenía como objetivo definir un premio Xprize. El trabajo que realizamos durante todo el día fue profundizar en las preguntas que nos teníamos que hacer para que la definición del escenario y las especificaciones sean las que efectivamente impulsen la tecnología adecuada. En nuestro caso se quería desarrollar tecnología de alimentos, por lo tanto, lo primero que tuvimos que dirimir era si el problema que queríamos resolver era de cantidad o de calidad. O sea, ¿tenemos la tecnología para producir la cantidad de alimentos necesarios para alimentar a todas las personas del planeta? La conclusión con la información compartida fue que sí. Para explicarlo rápido, si dividimos la cantidad de alimentos que generamos por la población mundial nos da que tenemos la suficiente cantidad para alimentar a todos con la tecnología y productos actuales. Entonces, ¿tenemos la tecnología y productos adecuados para que todos nos alimentemos con un buen balance nutritivo a bajo costo? Y la conclusión obtenida fue que no, acá es dónde hay que buscar soluciones y cambiar sistemas. Sobre esta última pregunta comenzamos a trabajar definiendo pregunta tras pregunta el escenario y especificaciones que  permitieran acelerar el desarrollo de las herramientas necesarias.

Bien Juan, ya entendí, definir el problema y usar preguntas como herramienta es por donde empezamos y es en extremo importante. Y ¿cómo podemos hacer mejores preguntas?

Buen punto. Siguiendo la metáfora del buzo tenemos dos formas de movernos: hacia abajo, más profundo, o hacia los costados, más amplio.

Para ir más profundo una herramienta muy efectiva y muy simple es la de los 5 “¿por qué?”. La técnica consiste en buscar las causas raíces de los problemas preguntando “¿por qué?” a cada causa 5 veces hasta encontrar la verdadera causa raíz del problema. Esta herramienta se popularizó en la época de esplendor del management japonés y fue desarrollada por Kaoru Ishikawa como su técnica “espina de pescado».

Una herramienta para poder barrer horizontalmente el problema es la técnica de las 5 W y las 2 H, por sus siglas en inglés: Why? What? Where? Who? When? How? How much? (¿Por qué? ¿Qué? ¿Dónde? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Cuánto?).

Esta técnica la aprendí en análisis y diseño de procesos y es muy simple y útil para pensar los diferentes aspectos de lo que estamos intentando resolver.

Otro método interesante para profundizar sobre los problemas a resolver es el de Jobs to be done (Tareas necesarias). Clayton Christensen, que fue uno de los investigadores más reconocidos en el mundo de la innovación y escritor de libros como el mítico The Innovator’s Dilema, desarrolló el concepto en conjunto con emprendedores de Intuit, y luego Tony Ulwick desarrolló el método de aplicación. Más información sobre este método en estos links:

https://jobs-to-be-done.com/jobs-to-be-done-a-framework-for-customer-needs-c883cbf61c90?gi=b28c46ac1941

https://uxdesign.cc/8-things-to-use-in-jobs-to-be-done-framework-for-product-development-4ae7c6f3c30b?gi=146b3be27cc

Una vez que tenemos  identificado qué problema queremos resolver, pasamos a trabajar en la solución. Para diseñar o elegir soluciones hay muchas técnicas, pero no vamos a hablar de esto en este artículo. Le prometo otra entrega en donde lo profundicemos.

El poder de la simplicidad

Gracias a las gestiones de Tomi Pierucci, en Septiembre de 2019 nos visitó en la Ciudad de Buenos Aires un equipo de Y Combinator. En esa oportunidad pudimos compartir varias sesiones de office hour con ellos. Es como una pequeña sesión de consultoría en el momento. La consigna para cada emprendedor/a fue: “Contá en una línea qué hace tu startup y cuál es el indicador principal que medís”. Algo que parece muy simple, si lo pensamos por un momento, es algo muy complejo. Poder sintetizar en una frase y en un indicador tu emprendimiento es algo bien difícil. Para poder hacer esto es necesario haber comprendido en profundidad el problema, haber dicho que “no” a infinidad de caminos y haber elegido y sintetizado una solución. “Si quieren que hable 5 minutos, necesito semanas de preparación. Si quieren que hable por horas, acá estoy” esta frase atribuida a varias grandes personalidades de la historia como Abraham Lincoln o Mark Twain, nos habla del trabajo que requiere lograr una buena síntesis en el mensaje. Y cuando estás emprendiendo la forma en la que contás lo que estás haciendo y cuál es la utilidad y diferenciación de tu propuesta, es lo que te puede abrir puertas o cerrarlas .

En el mundo emprendedor se habla del Elevator pitch (venta en el ascensor). La propuesta de Y Combinator es una imagen similar que busca extremar la restricción temporal para poder explicar y “vender” tu emprendimiento.

En este link pueden encontrar una serie de videos muy buenos sobre lo que significa el elevator pitch.

Steve Jobs fue uno de los fanáticos de la simplicidad de diseño, de uso y de comunicación. 

Para cerrar este concepto mi persona de referencia es John Maeda. Director durante 5 años de la Rodhe Island School of Design, en donde el trabajo de John la llevó a los primeros lugares del mundo. También fue profesor en Media Lab del MIT por 12 años, parte de KPCB (mítico VC Fund de Sillicon Valley) y responsable desde el 2015 del reporte Design in Tech de referencia para toda la industria.

John escribió el libro The laws of simplicity en donde vuelca todo lo que sabe sobre cómo sintetizar conceptos y soluciones. En el link podrán explorar sobre cómo analiza y estructura los conceptos para poder hacer las cosas más simples y más relevantes.

Un concepto que me dejó es que para simplificar debemos quitar lo obvio y agregar lo significativo.

Cierre

No se mareen con tanto nombre raro y metodologías. Las herramientas más potentes que tenemos son la observación, la escucha y la creatividad y las tenemos todos. Con estas tres capacidades podemos hacer el trabajo de identificar problemas no resueltos, diseñar soluciones valiosas y emprender. Si llegaste hasta acá es porque algo ya te pasó. El tema te interesa. Armá un equipo y decidite a emprender.

Abrazo

Juan Pedro Corica