Nuestras prioridades sobre el cambio climático están al revés

Por Marcelo Rinesi

  • La atmósfera reacciona a las emisiones totales de gases de efecto invernadero (principalmente dióxido de carbono y metano), no a las emisiones comparadas contra un escenario alternativo. Esto quiere decir que tenemos que terminar de manera rápida y completa con las mismas: los impuestos al carbono son insuficientes, los créditos de carbono son «greenwashing», cada nuevo generador de energía que utiliza combustibles fósiles, aunque use una tecnología nueva y más eficiente, continúa empeorando el problema, y los términos «carbón limpio» o «combustible fósil menos contaminante» no tienen sentido. La buena noticia es que esto es posible con inversiones masivas en generación y transmisión de energía (esto último incluye el hidrógeno, que no es una fuente de energía pero puede ser una forma de almacenarla y distribuirla), lo que a su vez requiere de la voluntad socio-política de hacerlo. Esto tiene efectos secundarios positivos en generación de empleo y mejoras en la calidad de vida, pero agregar capacidad de generación renovable sin detener al mismo tiempo el uso de combustibles fósiles no soluciona el problema: es agregar una ensalada al almuerzo sin dejar de fumar.
  • Geopolíticamente, esto implica que la economía de Rusia en su estado actual no es viable a mediano plazo, que el Golfo Pérsico en su estado actual no es viable, que Vaca Muerta no es viable, etc.
  • Mejoras en eficiencia energética facilitan la solución pero no son una solución. Si la electricidad viene de una planta de combustibles fósiles, un LED sigue emitiendo carbono para iluminar, y cada viaje en un auto o scooter eléctrico también emite carbono. Reemplazar todos los vehículos que utilizan combustibles fósiles con versiones eléctricas es necesario, pero si la infraestructura de generación eléctrica no es también reemplazada —lo que es una decisión económica estructural, no una preferencia individual de consumo— lo único que se está haciendo es mover las emisiones lejos de la vista del conductor. Pero la atmósfera es una sola, y a las consecuencias les es indiferente el lugar de las emisiones.
  • Hay actividades que es imposible evitar que emitan carbono (e.g. transporte marino o la fabricación de cemento), así que cierta infraestructura de captura de carbono de la atmósfera es necesaria. Pero la captura de carbono consume comparativamente mucha energía, así que no es una solución al problema de raíz: si intenta compensar las emisiones de una planta de combustible fósil capturando el carbono que emite, hay que construir más plantas de combustible fósil para generar la energía para el proceso.
  • Sumarizando: los autos eléctricos sin inversión masiva y un cambio drástico en la política infraestructural de los Estados no van a detener la catástrofe climática, productos «ecológicos» que consumen menos energía sin inversión masiva y un cambio drástico en la política infraestructural de los Estados no van a detener la catástrofe climática, la captura de carbono sin inversión masiva y un cambio drástico en la política infraestructural de los Estados no va a detener la catástrofe climática, y el desarrollo de combustibles fósiles «más limpios» es intentar hacer un balance entre política de corto plazo y geofísica, cosa que no le ha salido bien a ninguna cultura en la historia.

Marcelo Rinesi

Inversiones y Negocios