Nunca es tarde para aprender a nadar

29/07/2020

Hernán Fainberg, alumno de Innovación en la pandemia – Emprendedorismo de supervivencia.

Dicen que si la vida te da limones, es hora de ponerse a hacer limonada. O dicho de otra manera, si pensás que se te acabaron las ideas, es hora de empezar por el principio. No hay otra manera de expresarlo. Desaprender y volver a aprender es un proceso más intenso cuanto más lo creemos necesario. Empujados por un  instinto de supervivencia, salen adelante quienes creen que hay más de una manera de ver o hacer las cosas. No se trata sólo de resiliencia sino también de nuestra capacidad de ser flexibles, versátiles, adaptables.

Nos presentan, caso tras caso, reinvenciones de formas, objetivos, metas, procedimientos. A veces se trata de hacer lo mismo en otro contexto, con ejemplos donde si el cliente no llega, entonces hay que ir a tocarle el timbre. Y en otros, dejar de lado lo habitual y reinventar(se) el negocio, con los mismos elementos pero con otros destinos.

Para llegar al resultado esperado en tiempos de crisis, la reflexión es fundamental para reducir la ansiedad y aclarar las ideas, dejando de lado la tentación de buscar culpables. Y aunque estos existieran, forman parte de un pasado reciente pero extinto. Es una de los principios básicos del mindfulness: aquí y ahora. Nadie nos va a salvar sino nosotros mismos y las decisiones que tomemos enfocados hacia el futuro.

Contra todo pronóstico, los detractores de la tecnología han fallado. Es a través del uso intensivo de las tecnologías digitales que pudimos mantener viva la comunicación y el contacto. Sin ser sustitutos de los lazos que se crean a través de los sentidos en forma presencial, los medios digitales fueron nuestros salvavidas frente al encierro obligado. Estamos aislados sin ser islas porque la solidaridad se hizo presente de muchas maneras. Nos dimos cuenta que los que nos pasa a cada uno, puede pasarle a muchos: poco o ningún trabajo, incertidumbre, sensación de vacío, ideas que se escapan.

Pero se abrió una ventana. Y recibimos aliento, espacio, empatía.

Para encontrar la salida entre todos.

Hernán Fainberg