Pensar vale la pena

14/10/2020

Daniela Godachevich nos cuenta sobre el último encuentro de Aprender en casa, donde Melina Fuman explora el aprender a pensar.

“Aprender a pensar ¿vale la pena hacerlo?” De esta manera arrancó la charla de todos los jueves con Melina Furman en Aprender en Casa.

¿Qué es pensar? De esta pregunta surgieron distintas respuestas, tan diferentes como las personas que participan jueves tras jueves detrás de sus computadoras, de este interesante espacio.

Durante la reunión algunas cuestiones quedaron afianzadas, así como las ideas que flotan, bajan, toman forma y quedan para siempre. Una de ellas fue que pensar vale la pena, que puede ser divertido y se puede disfrutar.

“Somos bichos pensantes”, disparó Melina, mientras mostraba cómo se conforma la pirámide de la taxonomía de Bloom, la taxonomía de los objetivos en la educación. También sostuvo que los pensamientos no se pueden ver, pero sí se pueden observar sus efectos; y que sacar a la luz algunas ideas y razonamientos, es clave para poder fortalecerlos.

“Para pensar no solo hace falta tener las herramientas sino tener dos componentes más, igualmente importantes: las ganas y la disposición”. Y además, “para tener ganas nos tienen que enseñar, preparar el ambiente para pensar y crear un espacio para que eso ocurra”, comentó Furman.

En clase los chicos y chicas utilizan un 80 % del tiempo en reproducir información y un 20% en pensar. ¿Qué hacer para que esa información se convierta en aprendizaje? Hay que hacer cultura del pensamiento, y para llevar a cabo esta cultura hay algunas estrategias que ayudan a que pensar sea entretenido:

  • Tener un diario de preguntas curiosas.

  • Pensar con datos para que pensar sea una parte de tomar decisiones.

  • Pensar actividades para generar la cultura del pensamiento, hacerse preguntas tales como: ¿quién fue la primera persona en vivir en la tierra?

La vida cotidiana suele ser una gran fuente de ideas para hacerse preguntas, solo hay que tener tiempo para poder darles espacio.

Al pensamiento hay que hacerle un lugar en la rutina, porque de esa manera generamos pensamiento creativo.

Algunas de las estrategias, para hacerse amigo e invitarlas a casa a jugar pueden ser:

  1. Veo, pienso, me pregunto. Se puede jugar con una imagen, o una situación.
  2. Preguntas provocadoras. Elegir un tema y poder hacer 20 preguntas sobre ese tema elegido.
  3. Pensar tres ideas, hacer dos preguntas sobre cada idea y dar una opinión.
  4. Atravesar un dilema con pensamiento lateral.

Antes de terminar la hora y media de reunión de Aprender en casa, jugamos con el método de los Seis Sombreros, una teoría elaborada por Edward De Bono. Fue una muy buena idea creativa para pensar un tema desde varios puntos de vista.

Luego llegó la hora del ticket de salida, donde cada uno menciona con qué se queda de esa charla, y sin lugar a dudas, todos nos fuimos con mucho más que buenas ideas, estrategias y afirmaciones para aprender a pensar, en casa.

Daniela Godachevich.