Sinatra, Presley y los inicios de la «Revolución Junior»

Por Sebastián Campanario

¿De dónde salen los prejuicios negativos más instalados sobre la vida adulta? Me refiero a los mitos (falsos) de la retirada, tristeza, foco excesivo en el deterioro físico y cognitivo, etc. Una parte (no toda) surge por contraste con la sobre-valoración que se da sobre todo en Occidente de la etapa de la juventud.

Este fenómeno socio-cultural ocurre sobre todo en Occidente, y tiene raíces históricas relativamente modernas. Un profe de Baikal, el gran Daniel Molina, viene teorizando hace tiempo, en redes y en artículos periodísticos, sobre este tema.

“Hace poco más de medio siglo nació la juventud y desde entonces, casi insensiblemente, se ha transformado en el ideal dominante de nuestra cultura. Ya nadie quiere parecer viejo. Además, queda mal hablar de las personas de más de 65 como ancianas o viejas (inventamos eufemismos como “tercera edad” o “adultos mayores” para esconder tras las palabras el duro paso de los años)”, me contó Dani para una nota en La Nación, que fue la precuela del libro “Revolución Senior”.

“Nuestra época es la primera en la historia que no solo ensalza a la juventud sino que la toma como el modelo ideal de la vida –sigue Molina-. Este es un proceso tan inédito que aun no somos conscientes de las implicancias que tiene en casi todos los campos de la actividad humana”.

Sigue el profesor de Baikal: “La primera generación joven que fue percibida como tal fue la que participó de la Primera Guerra Mundial. Pero no fue hasta la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados regresaron a casa, que los jóvenes comenzaron realmente a ser tomados en cuenta. En ese momento los jóvenes ya habían desarrollado una cultura propia, el rock and roll, que fue la primera cultura planetaria. El líder de la Nueva Era fue Elvis Presley. Nadie tuvo su hegemonía cultural: de cada dos discos que se vendieron en el planeta entre 1955 a 1960, uno era de Elvis».

Para Molina, “En ese momento fundacional está todo lo que luego será la nueva norma: la juventud como el parámetro de la vida moderna. Hasta los Beatles, la moda, los horarios de trabajo y de disfrute, la relación entre los sexos y las distintas etapas de la vida seguían un modelo tradicional en el que imperaban el padre y el abuelo (incluso los adolescentes usaban masivamente corbata y traje)”.

Me acordé mucho de estas palabras de Dani hace unos meses, viendo un documental sobre Frank Sinatra en Netflix (“Sinatra: All or Nothing at All”). En la década del 40, Sinatra comienza su carrera estelar con menos de 30 años (nació en 1915), las adolescentes gritaban al verlo a la salida de la radio o de conciertos (como con los Beatles más adelante) pero él se vestía como un oficinista de 40-50 años: traje, pelo engominado, etc.

En el documental hay una escena larga del momento en el que Sinatra “le pasa la posta” a Elvis Presley, en un programa muy popular de TV del fin de semana. Ambos se hacen chistes guionados que remarcan los prejuicios etarios (Sinatra le achaca la “juventud descarriada e irresponsable” a Presley y éste lo burla por anticuado y conservador).

Me gusta pensar esa escena como un momento bisagra fundamental de la historia cultural del siglo XX. Algo así como el choque de dos mundos, como cuando los homo sapiens se cruzaron por primera vez con los neandertales hace decenas de miles de años. El nacimiento de la “revolución junior” que dominaría las décadas siguientes.

Sebastián Campanario

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