Una startup que vale millones

30/07/2020

Damián Smolarz, alumno de Management para startups

El mundo del capital emprendedor -o Venture Capital- por momentos me fascina y me emociona, siento que el espíritu de los emprendedores de querer generar realidades desde la nada, con mucha incertidumbre y buscando soluciones a problemas que tiene la sociedad global, de la mano de inversores que apuestan a que eso va a salir bien, es algo muy esperanzador. En ocasiones también veo que las reglas del juego e intereses son muy asimétricos, los emprendedores trabajan literalmente día y noche buscando llegar a la cima de algo intangible y los fondos de inversión parecen apostadores dentro del hipódromo presionando a jóvenes que comprimen su vida laboral en pocos años buscando solo multiplicar como mínimo 10 veces su capital aportado.

En fin, no creo que la conclusión venga de ninguna de las dos observaciones previas que hice y en definitiva se define en la calidad de las personas que estén de cada uno de los lados del mostrador, y pude comprobar que hay excelentes seres humanos con actitud, espíritu de colaboración y ayuda como en ningún otro ámbito con fines de lucro que conocí.

Casi llegando al final del curso de 8 clases que nos dio Ariel desde su enorme experiencia, tuve una sensación muy grande de que todo este conocimiento, más allá de que parece aplicar a algo muy puntual, nos puede dar conceptos más filosóficos que nos sirvan para encarar el proyecto de nuestra vida en sí misma, independientemente de nuestro proyecto laboral.

Si, por ejemplo, le tuviera que hablar a alguien que está saliendo de su etapa infantil, le diría que todo camino que elija deberá comenzar con el compromiso. Ya sea con uno mismo declarándose protagonista de su vida y no víctima de su historia y también con sus seres queridos, familiares y amigos.

Que luego vendrá una etapa donde la acción será la protagonista, que no sirve de nada quedarse rumeando ideas que en definitiva valen centavos cuando lo que valen millones son las ejecuciones. Que no tenga miedo en equivocarse, el error siempre es una puerta para el aprendizaje, sobre todo si lo puede entender y capitalizar rápidamente. Necesitará de mucho empuje, fuerza vital y constancia para sostener muchos NO hasta llegar a un SÍ y que para eso deberá encontrar su propia identidad sabiendo qué quiere y qué no quiere para su vida, necesitando de todo el foco y la disciplina que esté a su alcance

De esa forma va a tener muchas chances de llegar a la plenitud de su vida sintiendo que está siendo su mejor versión.

Y aún en esa etapa, deberá tener cuidado que el confort y la vanidad no le jueguen una mala pasada. Después de todo, el mejor aprendizaje es lograr la empatía por los demás, la intuición del experto y la humildad de los que ignoran más de lo que saben.

Uno de mis hobbies favoritos es la práctica del ajedrez, donde aprendí que además de ventaja material (tener más piezas que el oponente), existe la ventaja posicional, que consiste en ubicar las piezas de modo tal que nos otorguen más probabilidades de éxito. Además, cada una de las piezas tiene un valor absoluto, pero lo interesante es el valor relativo que nos dan de acuerdo al avance en el tablero donde un peón a punto de coronar es más valioso que una torre bloqueada en una esquina.

A comienzos de este año me presenté como candidato en una company builder que une emprendedores con científicos en el área de la biotecnología porque creo que el futuro viene de la mano de esta rama de la ciencia, sobre todo en el área donde trabajo, una empresa familiar vinculada a la agroindustria alimenticia. Me propuse ser emprendedor dentro del emprendimiento. Siguiendo los conceptos de Peter Thiel en su libro, quise dejar de intentar ir de 1 a N trabajando en un proyecto parecido al de muchos para pasar de 0 a 1 innovando en algo nuevo y desconocido. Luego de algunas entrevistas y poniéndolo en palabras metafóricas del juego de la vida me salió la carta que decía: “el fondo al que te presentaste no confía en vos como jinete, retrocedes 3 casilleros”.

No sé si finalmente voy a manejar una startup, ojalá que sí y que resuelva un problema grande, pero si no lo hago seguro que este curso me deja una ventaja posicional y un valor relativo para el juego más importante de todos.

¡¡Gracias Ariel por tu generosidad!!

Damián Smolarz
Baikaleano y generalista