Biotecnología de precisión: desarrollando alternativas específicas para cada ambiente

25/09/2020

Santiago Tissembaum Augé nos cuenta sobre el tercer encuentro del curso La oportunidad de la biotecnología, con Matías Peire.

Las externalidades económicas refieren a consecuencias del proceso productivo que no son contempladas dentro de los costos y beneficios de las empresas. Uno de los ejemplos más habituales es el impacto ambiental que tiene la producción agropecuaria. En este tercer encuentro, Matías Peire conversa con Federico Trucco sobre cómo atacar este y otros problemas del sector, desde la biotecnología.

Federico es CEO de Bioceres, empresa dedicada a desarrollar procesos biotecnológicos que aumenten la productividad del ciclo de cultivo. El desafío es que el consumidor no pague más caro porque el proceso productivo tiene un menor impacto ambiental, sino que a los productores les convenga hacerlo de esa manera.

Actualmente, el valor de la industria de las semillas genéticamente modificadas (uno de los pilares de Bioceres), es cercano a los 21 billones de dólares, y se espera que sea de 30 billones para el 2026 [1]. El rápido crecimiento del sector se ve explicado por el aumento de la población y la búsqueda de procesos sustentables (temática también abordada por Clara Vizcaíno en Huevos de Dinosaurio, donde vimos las alternativas a las proteínas de la carne).

Si bien la biotecnología es una de las industrias más prometedoras (la consultora Mckinsey estima un valor de dos a cuatro trillones de dólares para las próximas décadas [2]), todavía se deben ajustar algunas cosas para que se realice. Particularmente, comenta Federico, las investigaciones deben salir de la lógica binaria de sirve o no sirve, para ir a una biotecnología de precisión, desarrollando alternativas específicas para cada ambiente.

Para llevarlo a cabo, se debe incorporar en el esquema la ciencia de datos y la robotización. El primer paso es tener acceso a más y mejores datos. En este sentido, los satélites -en una cantidad considerable- son la alternativa ideal. Esto no solo permitiría un avance en la producción, sino también la obtención de documentación exacta acerca de la huella ambiental del proceso. De esta manera, los consumidores podrían incorporar esa información a la hora de decidir por un producto u otro.

Gracias a estos datos precisos, sabríamos qué hacer en cada 70m2 de tierra. El siguiente paso, es una intervención en el suelo que esté a la altura de ese nivel de detalle. Acá entra el desarrollo de la robotización, generando maquinaria que lleve a cabo la tarea. En este sentido, uno de los objetivos de la compañía, es realizar una muestra de agricultura in silico (vía simulación computacional), implementado este proceso innovador.

Bioceres se volvió pública en el año 2018, y actualmente cotiza en la bolsa de Nueva York, pero el camino no fue fácil. La empresa dio pérdidas durante 17 años. Federico marca que la compañía se sostuvo porque nunca fue propiedad de una sola persona, «¿quién tiene paciencia para esperar 17 años?» preguntaba retóricamente. De todas maneras, remarcó que lo más importante a lo largo de los años fue el manejo de los errores, «el modelo de negocios que gana, es el que te permite capitalizar los fracasos, porque es lo más frecuente que vas a tener» concluyó.

Santiago Tissembaum Augé.